El sector automotriz es una de las industrias más grandes y dinámicas del mundo, pero también es una de las más contaminantes. Desde aceites y baterías hasta llantas y anticongelantes, los residuos automotrices generan un impacto ambiental significativo cuando no se manejan adecuadamente. En México, el problema del desecho inadecuado de estos residuos es una preocupación creciente, ya que muchas personas desconocen las opciones responsables de disposición.
Este artículo aborda cómo y dónde desechar residuos automotrices de manera segura, resaltando la importancia de la gestión ambiental responsable y proporcionando guías prácticas para reducir el impacto ecológico de estos desechos.
Los residuos automotrices son aquellos desechos generados por el mantenimiento, reparación o desmantelamiento de vehículos. Estos pueden clasificarse en peligrosos y no peligrosos:
La disposición inadecuada de residuos automotrices puede tener efectos devastadores en el medio ambiente. Algunos de los impactos más graves incluyen:
Cuando los aceites, anticongelantes y baterías se desechan sin tratamiento adecuado, pueden filtrarse en el suelo y llegar a los mantos acuíferos, contaminando el agua potable y afectando a los ecosistemas acuáticos.
La quema de llantas y otros residuos genera emisiones tóxicas que afectan la calidad del aire, aumentando el riesgo de enfermedades respiratorias y problemas cardíacos en la población.
El abandono de llantas en lugares abiertos crea criaderos ideales para mosquitos transmisores de enfermedades como el dengue y el zika.
En México existen diversas opciones para la disposición responsable de residuos automotrices. Algunas de las principales alternativas incluyen:
Existen programas como el Programa Nacional de Manejo de Aceites Usados que reciben estos residuos para su tratamiento y re-refinamiento.
Las baterías pueden llevarse a centros de reciclaje certificados o a tiendas especializadas como AutoZone, LTH y Varta, que cuentan con programas de recolección.
El programa Llantatón recolecta neumáticos para su reciclaje en la fabricación de cemento, asfalto y otros productos.
Los deshuesaderos y chatarrerías pueden reciclar plásticos, vidrios y metales provenientes de automóviles.
La gestión responsable de los residuos automotrices es crucial para reducir el impacto ambiental de la industria vehicular. En México, existen diversas alternativas para la disposición adecuada de estos desechos, desde centros de acopio hasta programas de reciclaje especializados. Es responsabilidad de todos, desde propietarios de vehículos hasta talleres mecánicos e industrias, contribuir a una correcta gestión de los residuos para proteger nuestro entorno y salud.
El aceite de motor usado puede contaminar grandes cantidades de agua potable y afectar la vida acuática. Nunca debe ser desechado en el drenaje.
Puedes llevarlas a centros de acopio de programas como Llantatón o contactar a empresas cementeras que utilizan llantas como combustible alternativo.
Sí, las baterías de plomo-ácido pueden ser recicladas en tiendas especializadas o en centros de reciclaje certificados.
Existen centros de acopio de residuos peligrosos o talleres mecánicos con programas de recolección.
Realizando mantenimiento preventivo a tu vehículo, reutilizando piezas en buen estado y optando por productos reciclables o biodegradables.
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