En el mundo de la gestión ambiental, el término CRETIB es fundamental para la identificación y clasificación de los residuos peligrosos en México. CRETIB es un acrónimo que representa las seis características que determinan si un residuo es considerado peligroso: Corrosivo, Reactivo, Explosivo, Tóxico, Inflamable y Biológico-infeccioso. Estas propiedades son esenciales para la regulación de residuos bajo la normativa mexicana establecida en la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR) y la Norma Oficial Mexicana NOM-052-SEMARNAT-2005.
El adecuado manejo de residuos peligrosos es crucial para evitar daños a la salud humana y al medio ambiente. La correcta clasificación según CRETIB permite a las industrias y laboratorios ambientales implementar estrategias seguras de almacenamiento, transporte y disposición final. Además, facilita el cumplimiento de regulaciones y normativas que buscan minimizar el impacto ecológico y sanitario.
Los residuos corrosivos son aquellos que presentan un pH extremadamente bajo (menor a 2) o alto (mayor a 12.5). Estos pueden provocar daños severos a la piel, materiales y equipos, así como afectar cuerpos de agua y suelos si no son manejados adecuadamente.
Los residuos reactivos son aquellos que pueden generar reacciones violentas al contacto con agua o aire, liberar gases tóxicos o provocar explosiones espontáneas. Este tipo de residuos representa un alto riesgo en su manejo y almacenamiento.
Los residuos explosivos son aquellos que pueden detonarse por fricción, calor o impacto, generando ondas expansivas y fragmentación peligrosa. Este tipo de residuos requiere condiciones de almacenamiento especiales.
Los residuos tóxicos contienen sustancias que pueden afectar la salud humana o el medio ambiente a través de la ingestión, inhalación o contacto con la piel. Estos compuestos pueden ser cancerígenos, mutagénicos o bioacumulativos.
Los residuos inflamables pueden prenderse fácilmente con una chispa, calor o fricción, generando incendios peligrosos.
Los residuos biológico-infecciosos contienen agentes patógenos capaces de causar enfermedades en humanos y animales. Su gestión es especialmente delicada en hospitales y laboratorios.
El concepto de CRETIB es esencial en la regulación de residuos peligrosos en México, permitiendo una correcta clasificación y manejo para prevenir riesgos a la salud y el medio ambiente. Empresas, instituciones y laboratorios deben apegarse a estas categorías para garantizar el cumplimiento normativo y promover una cultura de seguridad y sustentabilidad ambiental.
Porque permite aplicar medidas adecuadas de manejo, almacenamiento y disposición, reduciendo riesgos ambientales y sanitarios.
La NOM-052-SEMARNAT-2005 establece los criterios para la clasificación de residuos peligrosos según sus características CRETIB.
Deben ser almacenados en contenedores adecuados, etiquetados correctamente y transportados a centros autorizados para su tratamiento o disposición final.
Solventes, ácidos, metales pesados, hidrocarburos, residuos biológicos-infecciosos y desechos industriales con alto potencial contaminante.
Puede enfrentar sanciones legales, daños a la reputación, impactos ambientales negativos y riesgos para la salud de trabajadores y comunidades cercanas.
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